
La fórmula básica que utilizan quienes saben cómo calcular la productividad se basa en la relación entre los productos producidos y los insumos utilizados en su producción. Aunque a la hora de enfrentarse a este cálculo hay que tener en cuenta que existen muchos tipos diferentes de procesos de producción y que, todos ellos, tienen peculiaridades que los distinguen de los demás. Esto significa que no puede generalizarse y que hay que ajustar la fórmula al caso en particular.
Los insumos más comunes son horas de trabajo, capital y materiales, mientras que las ventas o la cantidad de bienes producidos son unidades de producción comunes. Algunas de las mediciones de productividad más habituales son la productividad laboral total de los empleados en conjunto, la productividad laboral de los empleados a nivel individual y la productividad de ventas. Pero no son las únicas que interesan a quienes buscan cómo calcular la productividad.
¿Qué es la productividad?
La tasa de productividad es la cantidad de producción generada en una hora de trabajo. En realidad, la productividad simplemente se refiere a la medición de la eficiencia del proceso de producción de una empresa. Esta medición se toma en los inputs y outputs involucrados en el proceso de producción.
Los gerentes utilizan estas mediciones de productividad para determinar qué departamentos, plantas o trabajadores son más eficientes y cómo maximizar el uso de los recursos de la compañía para alcanzar un nivel óptimo de producción y mayores ventas o ingresos.
Si bien existe una fórmula básica para la productividad, existen diferentes formas de calcular la productividad en diferentes actividades.
¿Cómo calcular la productividad?
La forma más común que emplean quienes saben cómo calcular la productividad es tomar la producción total alcanzada por todos los trabajadores de la empresa y dividirla por las horas trabajadas.
Productividad = producción / horas trabajadas
La producción suele representarse típicamente como una cantidad en euros, representando el valor agregado por las horas trabajadas.
Por ejemplo, si los trabajadores en una línea de producción producen un número determinado de geles de ducha, por ejemplo, 100.000, con un valor mayorista de 100,000 euros, en un turno, y los costes de los insumos no laborales, tales como materias primas, máquinas y electricidad son de 50.000 euros, la diferencia de ambos relejaría el valor agregado, en este caso, de 50.000 euros.
Para calcular la productividad sería necesario dividir esa cantidad por el número de horas que representa el turno de trabajo, que podrían ser 80. Así, al dividir 50.000 entre 80, obtendríamos que la productividad es de 625 euros /hora.
Alternativamente, la producción puede medirse en unidades de producción o cualquier otra medida que sea significativa para el negocio. Esto es útil cuando las cantidades de valor agregado en euros son difíciles de estimar. Así, la forma de calcular la productividad con este método sería dividir las 100.000 unidades producidas entre las 80 horas trabajadas para conseguirlo. El resultado serían 1250 unidades fabricadas por hora.
Saber cómo calcular la productividad ayuda a los responsables de la toma de decisiones empresarial a introducir los ajustes necesarios y optimizar el aprovechamiento de los recursos disponibles en su negocio.
Fuente: Harvard Deusto EAE Business School