Cómo delegar con éxito en tu Negocio

James Cash Penney, fundador de la cadena de tiendas J.C. Penney, dijo una vez: “El camino más seguro para que un ejecutivo se mate a sí mismo es negarse a aprender cómo, cuándo y a quién delegar el trabajo”.

Para ser un buen líder, tiene que delegar trabajo y compartir responsabilidades. A medida que crece su negocio, tiene que aprender cuándo intervenir y hasta qué punto. Debe saber cuándo delegar para que pueda seguir adelante. Con el tiempo aprenderá que las personas serán menos propensas a decepcionarlo cuando saben que su destino está en sus manos y viceversa.

La incapacidad de delegar apropiadamente es la razón principal por la cual los negocios pequeños fracasan. Pero es importante que lo sepa hacer, ya que los gerentes suelen confundir el acto de delegar con dejar de hacer su trabajo; así que dejan de hacerlo, desperdiciando su tiempo y los recursos de la empresa.

No importa el tamaño de su negocio, siempre llegará el momento en el que deberá contratar a una persona para mantener a su compañía funcionando día a día, para que de esa manera pueda seguir haciendo crecer su visión y enfocarse en mantener la dirección de su empresa. Pero, para poder delegar, tendrá que salir de su zona de confort.

Pero, ¿qué debo hacer para empezar a delegar exitosamente?

Elija qué tareas está dispuesto a delegar

Debería enfocar su tiempo en las tareas más críticas para el negocio y en aquellas tareas que solo usted puede realizar. Delegue lo que no pueda hacer, o aquello que no le interesa. Por ejemplo, los que no son fanáticos de la computación, deberían considerar delegar sus actividades relacionadas con las redes sociales y mantenimiento web.

Busque a la persona más adecuada

Escuche y observe. Investigue las características, valores y rasgos que debe tener la persona para realizar las tareas con éxito. Eso quiere decir que debe darle el trabajo a la gente que cumple con las expectativas y no a aquellos que están más desocupados. Esto requiere que, contrate el personal que posea las habilidades correctas, no al que cobre menos o, peor aún, contratarlo solo por ser amigo o familiar.

No espere la perfección

Su objetivo es que se realice el trabajo, no crear una obra maestra. Establezca un estándar de calidad y un intervalo de tiempo para su realización. Una vez que deje claras las expectativas, dele espacio a su personal para que decida cómo llevar a cabo el proyecto.

Asegúrese de proveer instrucciones claras y concisas

Asegúrese de que sus empleados tengan toda la información que necesitan para completar el trabajo. Pregúntele a su subordinado si entiende y acepta lo que le pide.

Deje de pensar que es el único que puede hacer bien el trabajo

Solo porque un empleado hace las cosas de manera distinta, no quiere decir que no hará el trabajo de la manera correcta. Si ya ha establecido las expectativas y los estándares que espera, la metodología debería ser la última de sus preocupaciones. Una parte de la delegación, que suele ser pasada por alto y que es de suma importancia, es que esta ayuda al crecimiento de los empleados y fomenta un mejor ambiente de trabajo.

Enfóquese en enseñar nuevas habilidades

Delegar no quiere decir que les deje a los demás el trabajo que no le gusta, sino más bien permitir que sus empleados mejoren sus habilidades y desarrollen su buen juicio. A medida que les va cediendo mayores responsabilidades, es importante que entienda que el proceso de aprender nuevas habilidades a veces involucra unos cuantos tropiezos. Así que no castigue a los empleados que hacen su mejor esfuerzo por llevar el trabajo a buen puerto.

Delegue responsabilidad y autoridad, no solamente tareas

Los gerentes que fracasan en delegar la responsabilidad relacionada con las labores, se verán en la necesidad de reportarse con sus subordinados y haciendo parte del trabajo, cuando en realidad debería ser al revés.

Evite que le devuelvan lo delegado

Los miembros de algunos equipos suelen devolver las tareas a sus gerentes, al no sentirse cómodos haciéndolas, en muchas ocasiones porque tratan de evadir la responsabilidad. No acepte este comportamiento, a menos que sea un caso extremo. Al final, todos los miembros del equipo deben aprender cuando aceptar o rechazar una tarea dada.

Revise el progreso

Deje que los empleados hagan el trabajo, pero supervise periódicamente su progreso. No necesita estar siempre encima de ellos u observar hasta el último de sus movimientos. Cuando traza las expectativas, también deberá establecer algunos puntos para hacerle seguimiento al proyecto.

Sea agradecido con aquellos que han aceptado la responsabilidad

Asegúrese de que los empleados sepan que sus esfuerzos son reconocidos y apreciados.

Recuerde, los gerentes más exitosos son aquellos que apuntan a hacerse innecesarios para su personal.

Fuente: Negocios y Emprendimiento

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