
El desarrollo tecnológico de esta Cuarta Revolución Industrial ha llevado, en principio, a la digitalización y automatización de los procesos repetitivos de varios campos. La contabilidad y la auditoría no son ajenas a este fenómeno y, más allá del temor de los profesionales por la pérdida de su empleo, dado el desplazamiento que la tecnología supone, la automatización de procesos como el cálculo de las diferencias entre las bases fiscales y financieras y la preparación de declaraciones –que ya se está realizando con éxito por las principales firmas de servicios profesionales en el mundo– permite que los profesionales se enfoquen y especialicen en el análisis y la toma de decisiones.
A ciencia cierta, la tecnología apoyará y hará más eficaz el trabajo de los contables, pero también es cierto que requerirá que estos profesionales cuenten con habilidades acordes con la era tecnológica que predomina: deberán estar muy familiarizados con las herramientas tecnológicas y con su manejo, y tendrán que poseer una gran capacidad para el análisis de datos, entre otros.
Redacción INCP a partir del artículo publicado por La Prensa
Para mayor información, puede revisar el artículo titulado “Auditoría y automatización”, de la fuente La Prensa.
Auditoría y automatización
En la era digital en que vivimos, los procesos de robótica están ganando mucho terreno y los profesionales que trabajamos en áreas de contabilidad y auditoría debemos conocerles y adaptarnos al cambio, el cual origina, por supuesto una forma diferente de hacer nuestro trabajo, con mayores niveles de eficacia.
Existen herramientas que realizan las actividades que hasta hoy han ejecutado las personas como parte de un proceso, con el beneficio de ejecutar actividades repetitivas más rápidas y precisas que las personas. Algunos quizás podrían temer que su trabajo esté amenazado por robots, pero hay que tener claro que el papel de los profesionales en la contabilidad y la auditoría está cambiando y adaptarse a esta era digital, les permitirá dedicar tiempo a análisis más relevantes y de toma de decisiones.
Actualmente, las principales firmas internacionales cuentan con herramientas automatizadas para brindar servicios de impuestos, asesorías y auditoría. Por ejemplo, una parte significativa de las actividades fiscales, como el cálculo de las diferencias entre las bases fiscales y financieras y la preparación de declaraciones han sido automatizadas con éxito. También la ejecución de auditorías en áreas como ingresos se han automatizado mediante robots de software que realizan funciones basadas en reglas para ejecutar conciliaciones, procedimientos analíticos y procedimientos de doble propósito (por ejemplo, pruebas de control interno y pruebas de detalle).
Los ingresos son generalmente un área de alto riesgo en los trabajos de auditoría y la automatización de las tareas que no requieren el criterio del auditor, tiene el potencial de mejorar la calidad de la auditoría al reasignar el trabajo de los auditores al análisis de las diferencias generadas por los resultados obtenidos por el trabajo ejecutado a través de la robótica.
Estas herramientas también permiten verificar la transferencia segura de archivos por parte del cliente y que se origina directamente de los sistemas de información contable; otras herramientas toman las ventas de periodos anteriores, las comparan con el costo de ventas y permiten establecer una tendencia para el año actual, el cual se compara contra las ventas reales para determinar si son razonables considerando el umbral de la materialidad.
Al automatizar estos y otros procedimientos, los auditores pueden reasignar su tiempo a más actividades de valor agregado, lo que inherentemente aumentará la calidad de la auditoría y el servicio al cliente. Así, los auditores pueden obtener una mejor comprensión de las operaciones comerciales del cliente, y por lo tanto, ser capaces de evaluar con mayor precisión el riesgo de error material.
También hay que tener presente que esta era digital ha venido a cambiar el modelo tradicional de auditor. El auditor del futuro debe ser un profesional con un fluido manejo de la tecnología, una gran capacidad de análisis de datos y un amplio sentido de cooperación para con sus equipos.
Fuente: Dagoberto Arias* – La Prensa
*Socio Director de Deloitte Nicaragua