La clave del modelo de coworking

¿Por qué están surgiendo tantos espacios colaborativos o de coworking? ¿Por qué empresas grandes como IBM prefieren ubicar a sus equipos en estos lugares en vez de tener sus oficinas propias? Para quien no haya despertado ya, le aconsejamos que lo haga.  La palabra trabajo ha cambiado y hoy se entiende de otra manera. El espacio de trabajo ya no es sólo un sitio, es mucho más que eso: un entorno.

Muchas de las actividades que en antaño requerían horas de esfuerzo se ejecutan hoy por máquinas, mientras que las personas se dedican a tareas más creativas. Para las empresas es muy importante que el trabajador aporte valor agregado, en cuanto a ideas y mejoras, y ello requiere un entorno que fomente tal atmósfera; que motive a la persona y le haga sentir bien. 

 El auge de los espacios de coworking es algo más que una moda pasajera. Su modelo de negocio se basa en adquirir o reformar espacios de trabajo en las ciudades donde hay actividad relacionada con el emprendimiento, la tecnología o el diseño, adaptándolos a una nueva forma de trabajar más flexible y colaborativa.

Sus tarifas o membresías van en función del tipo de espacio y servicios que se necesiten; puesto de escritorio no fijo (conocido como hot desk), puesto fijo, u oficina privada con capacidad para varias personas. La utilización y acceso a zonas comunes, como las salas de reuniones o la cafetería, permiten a los miembros de la comunidad relacionarse y compartir experiencias, ideas y talento.

Pero no hay que confundirse, el éxito de este modelo de negocio no reside solo en el diseño del lugar, o en los servicios comunes que fomentan la interacción, sino también en la habilidad de los operadores de estos espacios para integrar y dinamizar el ecosistema emprendedor y creativo.

La realidad es que estos espacios de trabajo resuelven varias necesidades de la actualidad:

Inmediatez: Todo está preparado para que empiece a trabajar, ¡olvídese de las obras!

Flexibilidad: Alquileres de corto plazo, ¡que no le pese la incertidumbre del mercado!

Colaboración: Espacios más adaptados al trabajo en equipo, ¡reuniones con cerveza!

Diversidad: Integración de distintos perfiles profesionales ¡aprenda de otros miembros!

Gestión: Elimine tareas accesorias a su actividad ¡olvide reponer el café!

De todas estas variables, las empresas tienen muy presente la diversidad y la gestión, mientras que los freelance (trabajadores autónomos) valoran más la inmediatez y la flexibilidad. Sin embargo, el punto común siempre es la colaboración.

La realidad es que pasa los días enviando correos electrónicos a personas que están a diez metros de distancia y “habla” continuamente a través de vías digitales (WhatsApp, Skype, etc.), mientras que la comunicación verbal va disminuyendo. ¿Cómo mejorar algo tan fundamental para las personas y también para el curso de cualquier proyecto? Futbolines, comedores, ping-pong, salas de descanso… cualquier área que fomente la interacción personal es bienvenida hoy. Cuando la tecnología invade la vida, los espacios de trabajo tienen que compensar los efectos nocivos que esto puede generar. 

Esto han sabido entenderlo alguna de estas empresas de coworking, aportando a las personas aquello que les hace sentir bienfacilitando servicios para que puedan dedicar todos sus esfuerzos a crear, fomentando la diversidad de ideas por la interacción de los miembros con distintas disciplinas. En resumen, facilitarle las cosas está en su ADN. 

La palabra ‘trabajo’, tan maltratada durante años, pasa a otro universo. Las personas que se van incorporando al mercado laboral quieren concebirlo como algo grato  que les ayuda a crecer. En este nuevo escenario entran sensaciones y percepciones que en generaciones previas parecían no existir. La palabra trabajo ya no es solo una herramienta para vivir, es una forma de hacerlo. 

Lo innegable es que ya existen 15.000 espacios de coworking en el mundo, utilizados por tres millones de personas.

¿Quiere decir esto que las oficinas tradicionales desaparecerán? Por supuesto que no. Olvide esa eterna disyuntiva de blanco o negro, el arcoíris tiene la gama completa de colores. Todos los espacios de trabajo resuelven distintas necesidades, en función de cada persona, empresa o fase del proyecto.

El mismo dilema sería plantearse si es mejor vivir en el centro de la ciudad o en una zona residencial de las afueras, lo cual dependerá del momento vital de la persona. De igual modo que hoy puede necesitar un coche pequeño y uno familiar dentro de unos años.

Pero una cosa sí que parece clara, el gran cambio de esta era es que la tecnología le facilita elegir el entorno laboral y la energía que desea a su alrededor, y los espacios colaborativos parecen dar a las personas un mayor valor agregado que el modelo de oficina tradicional de antaño. Si además se tiene en cuenta que los estudios realizados estiman que el 50 % de la generación milenial (nacidos entre 1980 y 2000) lanzará su propio negocio…. ¿qué entorno de trabajo cree que preferirán?

Fuente: EjePrime

 

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