Finanzas del siglo XXI: ¿Un amortiguador contra los desastres de la naturaleza o una prima sobre la destrucción que provocan?
Los desastres naturales no discriminan; afectan a las costas y los pueblos de las montañas, playas y valles, ciudades grandes y pequeñas con invasiones pobladas mayoritariamente por los pobres. Una investigación reciente del Grupo del Banco Mundial indica que comprometer recursos financieros de manera previa a posibles desastres es una decisión inteligente. Una evaluación del impacto del FONDEN, el Fondo de Desastres Naturales de México, encontró que aumentó el producto interno bruto post-desastre entre 2 y 4 por ciento, lo que representa un gran beneficio.
Los enfoques ‘ex ante posibles desastres’ requieren cumplir con tres condiciones:
- Un plan sólido y coordinado para la acción post-desastre acordado de manera previa
- Un proceso rápido, basado en la evidencia para tomar decisiones
- La existencia de fuentes de financiamiento contingente para asegurar la implementación del plan
Los enfoques ‘ex ante’ son la base para brindar una respuesta rápida, fiable y costo-eficiente, así como para la reducción de, y la adaptación a, riesgos cambiantes. Estas soluciones minimizan el costo y optimizan el tiempo para satisfacer las necesidades de financiamiento post-desastre sin comprometer los objetivos de desarrollo, la estabilidad fiscal o el bienestar. Son además una parte integral de la gestión de los riesgos de desastres y climáticos.
El desarrollo de estas soluciones también requiere de la colaboración de científicos, funcionarios públicos, ejecutores de primera línea y especialistas financieros:
- Los avances tecnológicos permiten a los científicos entender mejor y modelar la probabilidad de desastres; esto ayuda a reducir el sesgo cognitivo y a equilibrar la planificación para desastres.
- Los funcionarios públicos ayudan a hacer elecciones difíciles sobre quién o qué proteger y explicarlas al público; un buen plan es el resultado de una decisión política bien comunicada.
- Los ejecutores de primera línea proporcionan el conocimiento y la experiencia para elaborar un plan práctico, preparar su aplicación potencial y, en última instancia, ejecutar el plan en el campo.
- Los especialistas financieros establecen el costo de posibles desastres asegurando a la vez que las promesas hechas sean creíbles y se cumplan; la planificación financiera es el pegamento que mantiene la cohesión de un plan de riesgos de desastres.
La implementación de soluciones ‘ex ante’ requieren de un fuerte liderazgo por parte del ministerio de finanzas del país, de la participación de sus socios en el sector privado y de sistemas integrales para recopilar, procesar y difundir datos.
Los gobiernos están demostrando cómo es posible un mejor sistema cuando se ha preestablecido un financiamiento contingente ante posibles desastres. En 1985, un terremoto en la Ciudad de México causó más de 10,000 muertes, costó más de US$ 11 mil millones, y provocó un diálogo nacional seguido por la acción del gobierno en la preparación para desastres. Desde 1999, el FONDEN sirvió para asegurar la oportuna reconstrucción de la infraestructura federal, parte de la subnacional, y la recuperación de las pérdidas por desastres. En 2012, un terremoto de 7.4 grados de magnitud en la Ciudad de México no dio lugar a pérdidas de vidas humanas (gracias a los sistemas de alerta temprana y una mayor conciencia ciudadana sobre seguridad pública) y el daño a los edificios fue insignificante (gracias a códigos de construcción más estrictos).
El Programa de Financiamiento y Aseguramiento del Riesgo de Desastres funciona en más de 60 países de todo el mundo para desarrollar, implementar y aprender de las soluciones de protección financiera ex ante contra desastres. Estas soluciones funcionan.
Fuente: Banco Mundial