RSE y competitividad en la empresa

RSE y competitividad en la empresa

¿Qué ocurre en la empresa cuando se incorporan parámetros de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) dentro de su función productiva?

Más allá de precios versus costos 

Comúnmente, la competitividad se ha definido como la capacidad de las empresas para obtener una mayor rentabilidad en relación a sus competidores. La forma más tradicional de que una empresa sea competitiva es a través de sus márgenes (precios versus costos), en los cuales se obtenga un rendimiento sobre el capital invertido y se cubran los costos de producción.

Sin embargo, es típico el hecho de que en muchos mercados los precios fluctúan constantemente y la empresa busca diferenciarse a través de múltiples maneras.

Las denominadas ventajas competitivas constituyen una oportunidad para que la empresa invierta en todas las capacidades que la conforman como organización: tanto en tecnología productiva como en las personas que componen la unidad productiva.

Como revisaremos, el encauzar estas inversiones hacia fines socialmente responsables permitirá un nuevo posicionamiento en el mercado, que trasciende los enfoques tradicionales. Ello normalmente redunda en gestar una empresa más humana.

  1. Inversión en Stakeholders internos : competitividad a través del desarrollo de los Trabajadores

En esta sección no se usará el término capital humano -concepto tradicional en economía- pues concebir hoy a las personas como mero capital, nos hace caer en un afán reduccionista, desde donde se mira a los trabajadores solo en cuanto a su capacidad productiva. Es mucho más atingente -desde un punto de vista ético, misión final de toda empresa- hablar de desarrollo de personas. Ello significa observar a todos los colaboradores a partir de una mayor complejidad, pues estamos frente a personas con múltiples necesidades e inquietudes, a las cuales es necesario prestar una especial atención, particularmente en el contexto contemporáneo.

Invertir en el desarrollo de personas otorga un beneficio mutuo. Si la empresa destina recursos para programas de capacitación o apoyo para estudios superiores, obtendrá un mayor retorno en cuanto a las capacidades no solo cognitivas de su personal, sino también de su espíritu de trabajo en equipo (motivación), y de aptitudes de liderazgo positivo, que emergen a partir de experiencias de aprendizaje y de socialización, creando así una mucho mayor sinergia en la organización.

  1. Inversión en tecnología: competitividad por medio de fines socio-ambientales 

Seguramente, todos hemos escuchado sobre los efectos negativos del calentamiento global. El Papa Francisco ha destinado su reciente encíclica a alertarnos sobre las consecuencias de ese y otros fenómenos medioambientales.

Como empresa no podemos quedarnos en un diagnóstico pesimista: se pueden ejercer acciones para combatir estos efectos; se pueden contrarrestar y mitigar sus impactos, incluyendo sus elementos dentro de la función de la producción. Así tendremos una oportunidad para posicionarnos y desarrollarnos mejor, a través de aquellas buenas prácticas que empujan una mayor sostenibilidad.

La inversión en tecnología es, como señalamos, otra oportunidad de diferenciación en la empresa y de contribución al desarrollo más humano.

Destinar recursos a tecnologías más amigables con el medio ambiente, puede tener -en plazos determinados- un mayor costo para la empresa, pero generan un claro retorno positivo en el mediano y largo plazo.

Por ejemplo, invertir en infraestructura sofisticada para mayor eficiencia energética, puede significar algunos costos adicionales, pero que a la larga inducen a que la empresa tenga mayores ahorros en su consumo energético diario y, acumulativamente, en un horizonte pleno.

Evidentemente, se puede observar un aumento de la competitividad de una empresa, cuando vemos que destaca por innovar en sus prácticas responsables.

De la mano con la sustentabilidad

La figura muestra los resultados de una encuesta del MIT (Boston) hecha a 862 ejecutivos, donde se les preguntó:

¿Cuáles son los mayores beneficios en su organización cuando se abarca la sustentabilidad?

La segunda respuesta más común entre los encuestados fue: un incremento en las ventajas competitivas.

La figura destaca el tema básico y rector de la sustentabilidad. Podemos observar que no solo un apego a este principio por parte de las empresas mejora la competitividad, sino que también produce impactos incrementales sobre variables tan claves como las indicadas en los ítems tercero a séptimo de la figura: mejor innovación de productos, mejoría en business plans y procesos de la empresa, reducciones de costos energéticos, uso mejorado de los materiales, aumento en la calidad de las relaciones con stakeholder inversores.

Ya lo decía la famosa Comisión Bruntland de las Naciones Unidas sobre qué puede significar para una empresa ser sustentable: es necesario transitar hacia un modelo de negocios cuya estrategia de generar ganancias no comprometa el modo de vida de las generaciones futuras.

Bajo esta noción, para ser sustentable en el tiempo, es clave tener en cuenta que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) debe plasmarse no como una mera acción filántropica, sino que debe ser intrínseca a la función de producción.

Esta última función debe tener una mirada integral sobre los factores productivos naturales como humanos, apostando por su pleno desarrollo y armonía (Ver Bruntland Commission, UN Group).

Desafíos para la gobernanza: Las dos vitrinas 

El Líder Coordinador, que vino a reemplazar al gerente general en la empresa de hoy, tiene claros desafíos en torno a alinear estos procesos con la misión y visión de la empresa.

Este líder tiene que visualizar que la empresa se encuentra por un lado bajo una vitrina interna, en donde la corporación observa e identifica a sus stakeholders más relevantes, gestionando formas de relacionarse con cada uno de ellos. Y por otro, también debe atender lo que ocurre en la vitrina externa: donde la empresa está siendo observada y evaluada por diversos agentes; sean ellos globales, regionales o comunales. Particular importancia va cobrando para las empresas modernas una adecuada inserción en la comunidad local.

Producir mirando a otros

Comprender esta realidad de las dos vitrinas, obliga a que el líder gestione la RSE, respondiendo a los desafíos que exigen estos agentes.

Esta obligación radica en que debe velar por que la función de producción sea una forma eficaz y razonada de responder a estos desafíos, atendiendo temas como la gestión de residuos, la optimización energética, la participación en gestión, y la no discriminación.

Todas estas consideraciones conducen a que en la gestión de la competitividad, los pilares de la RSE moderna estén presentes de una manera diferente a como estuvieron en el pasado.

Fuente: economiaynegocios.cl

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