Reflexiones sobre el impuesto predial
En las principales ciudades del país se ha generalizado el rechazo de los propietarios de inmuebles por el significativo aumento del monto del impuesto predial, en especial de aquellos dedicados a vivienda.
La actualización catastral hecha para todo tipo de inmuebles, desde los suntuarios hasta los hogares de ingresos medios y bajos, ha duplicado el valor catastral nacional entre 2010 y 2014.
En tal lapso, a su vez, como efecto de la construcción, ha aumentado en un 7% el número de predios en nuestras principales ciudades. El resto de inmuebles que paga tal impuesto son los ya construidos, bastantes hace muchos años. Por los rangos fijados en muchos municipios para establecer la tarifa de impuesto predial que debe pagar cada estrato, un número importante traspasa dicho límite y sube el valor de su impuesto predial, generando una desproporción que afecta a los contribuyentes. Hay casos en los que entre lo pagado por impuesto predial por un predio destinado a vivienda en 2011 y lo fijado para 2015, hay una diferencia superior al 70%.
Mientras tanto, los ingresos de los colombianos entre 2010 y 2014 han aumentado entre un 12% y un 14%; por eso, entre el crecimiento del valor del impuesto predial y la capacidad económica de los ciudadanos hay una grave descompensación, que hace que para muchas familias sea un esfuerzo sobrehumano pagar tal gravamen.
Eso es evidente en el estrato 3, el que más predios residenciales tiene y que, por coincidencia, es aquel en el que hay mayor número de pensionados y personas de ajustado vivir, a quienes el valor del impuesto predial los asfixia.
Por eso ha tomado fuerza la tesis de que para hacer el ‘reavalúo’ de los predios, deben tenerse en cuenta los ingresos de sus propietarios.Entre 2004 y 2014, buena parte del ahorro salió de los sectores de bienes transables (agricultura, industria, etc.) y se refugió, entre otros, en la construcción; ello produjo exceso de ahorro, por encima de la oferta disponible y en las principales ciudades, generó una “inflación de activos inmobiliarios”, agravando debilidades estructurales como la relativa escasez del suelo. Por su parte, el monto de los préstamos hipotecarios aumentó en un 75% entre enero de 2012 y diciembre de 2014.
Fuente:Vanguardia.com