Estatuto aduanero colombiano
Hace algunos días después de varios años de esfuerzos técnicos donde participaron activamente funcionarios de la Dirección de Ingresos y Aduanas Nacionales de Colombia (Dian) y representantes del sector externo público y privado del país, el presidente Juan Manuel Santos firmó el Decreto que da vida al nuevo Estatuto Aduanero uno de los más modernos de Latinoamérica.
Durante los años 2014 y 2015 tuve la suerte de intercambiar criterios técnicos con funcionarios de la Dian responsables del Estatuto sobre el impacto y relación que plataformas aduaneras informáticas -que a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) implementábamos en Colombia- tendrían con la nueva ley.
Colombia al igual que Honduras son países que han apostado desde hace varios años por el comercio exterior como principal instrumento del desarrollo económico y social, lo que es lógico ya que cada quien en su medida, son países relativamente pequeños que requieren mercados ampliados y de gran capacidad de consumo, como los Estados Unidos como destino de sus exportaciones y origen de importaciones de materia prima y de alta tecnología.
Esto implica en buena medida que el país debe cumplir con una serie de estándares y compromisos internacionales que se han venido adquiriendo a lo largo de los años. Los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados y en vigencia para Honduras, con México, CAFTA-RD, Panamá, Unión Europea, Chile o Colombia –entre otros- implican un verdadero “espagueti” de compromisos comerciales y aduaneros.
De esa cuenta, Colombia ha procurado modernizar su gestión aduanera con un instrumento legal, de nueva generación que contiene los siguientes componentes:
- Estándares internacionales: el Estatuto trata de incorporar los principios contenidos no solamente en los TLCs vigentes, sino también la normativa contemplada a nivel internacional y contenida en los acuerdos de la Organización Mundial de Aduanas y los relativos a facilitación de comercio de la Organización Mundial del Comercio.
- Combate al contrabando y lavado de activos: estos dos temas son graves problemas que afectan a la economía colombiana. El año pasado se publicó una Ley Anticontrabando que permite dar “dientes” a la DIAN y a la judicatura para perseguir dicho flagelo que suman seis mil millones de dólares al año, el Estatuto armoniza dicha ley con otras normas internas y compromisos internacionales.
- La gestión de riesgo: el Estatuto incorpora uno de los principales instrumentos de la gestión aduanera, el Riesgo y las modernas técnicas que se utilizan para analizar y disminuir su impacto. La inteligencia y procesos aduaneros se fundamentan en el criterio de confianza generada por el operador del comercio internacional. La figura del Operador Económico Autorizado –OEA- y del importador / exportador de confianza se incorpora a la nueva normativa.
- Modernización tecnológica: se incorporan nuevos procedimientos automatizados que van a requerir plataformas informáticas bastante robustas, así como tecnologías para revisiones no intrusivas (Rayos X, Gama, etc.) que permitan un actuar mucho más efectivo y eficiente, con el objeto de mejorar el control aduanero y disminuir el tiempo invertido en trámites para desaduanar mercancías.
- Logística y coordinación de gestión: se incluye en la nueva ley un tema clave en la logística, la coordinación de diferentes entidades gubernamentales (agricultura, antinarcóticos, alimentos) por ejemplo en revisión conjunta de mercancías, un elemento fundamental en tratar de llegar a la meta de no más de 48 horas para desaduanar la mercancía una vez arribe a puerto.
Sin tratar de hacer un copy/paste, el Estatuto Aduanero “cafetero” puede ser un buen punto de partida para la nueva normativa específica para la nueva Administración Tributaria hondureña en lo relativo al tema aduanero. La asistencia técnica al gobierno hondureño, de instituciones como el BID, FMI-CAPTAC, Banco Mundial o Usaid toman en cuenta estas prácticas internacionales.
El caso hondureño es diferentes ya que la normatividad aduanera tiene su base en el Cauca y su reglamento, instrumentos que únicamente pueden modificarse por el consenso de los países de la región, pero la oportunidad de una nueva legislación tributaria es única para modernizar a la aduana hondureña.
Fuente: La Prensa Honduras