Auditoría interna: una herramienta de mejora

Auditoría interna: una herramienta de mejora

balance-2Partiendo que la responsabilidad social no solo le compete a las organizaciones cuyo objeto social es la producción de bienes y prestación de servicios, sino a todas las empresas, es importante resaltar que el papel del auditor interno en este sentido no debe ser limitado sino incluyente, pues al tener acceso a las diversas áreas, goza de la capacidad de evaluar e identificar riesgos y oportunidades de mejora dentro de la empresa, de manera que puede contribuir mediante su informe  para que los directivos implementen mejoras, optimicen los procesos y el funcionamiento de la organización en general.

Redacción INCP a partir del artículo publicado por Asociación Interamericana de Contabilidad – René Fonseca 

Para mayor información, puede referirse al artículo titulado “La responsabilidad social del auditor interno” de la fuente Asociación Interamericana de Contabilidad – René Fonseca.

La responsabilidad social del auditor interno 

  1. Generalidades

Según lo que algunos manifiestan, la responsabilidad social solo es aplicable a las empresas que venden productos a los clientes y buscan obtener ganancias específicas, dimensionadas en el giro del negocio de cada una de ellas; la responsabilidad social es aplicable a todos los sectores de un país, público, privado, banca y otros negocios, porque debemos cuidar al ser humano, sus condiciones de trabajo, la naturaleza y la salud en general.

La responsabilidad social, aunque parezca poco agradable, es de todos, más aún del auditor interno porque evalúa las actividades empresariales o institucionales y debe promover recomendaciones que agreguen valor a los procesos administrativos y de producción de bienes y servicios que, más tarde, se venderán directamente a la ciudadanía, es decir a su mercado objetivo y sus empleados; estos procesos se vuelven repetitivos y sabemos que la gente que actúa diariamente en estos menesteres, puede fallar, por eso la auditoría interna evalúa en forma independiente para identificar posibles debilidades que afecten al negocio en el que presta sus servicios.

Muchos auditores internos consideran que su responsabilidad se limita a agregar valor a los procesos, sin tomar en cuenta que es responsable además, porque los bienes o servicios que produce la organización lleguen al cliente de la mejor manera para evitar cualquier problema futuro que origine una denuncia por falta de calidad, y esto lo liga directamente al exterior porque está evaluando procesos que se relacionan con los clientes; es de esperar que su evaluación permita mejorar las debilidades que afecten al proceso de calidad.

La responsabilidad social, aunque intangible se hace presente en cada evaluación del auditor interno porque cualquier cosa que suceda en la organización, será trasladada a los clientes en forma de lo que ya dijimos, bienes o servicios; entonces, no se trata solamente de evaluar un asunto interno y dar recomendaciones para solucionarlo, el auditor interno debe cerciorarse de que los procesos son buenos y están generando productos de buena calidad, aptos para el consumo humano y que los procesos no contaminen el medio ambiente que es de todos.

Las Normas Internacionales para el Ejercicio Profesional de la Auditoría Interna (NIEPAI), aunque específicamente no hablan de la responsabilidad social del auditor interno, técnicamente se convierten en un acto esencial para el ejercicio de esas responsabilidades que tiene el auditor interno desde seleccionar los posibles trabajos, planificarlos, ejecutarlos, informar de sus resultados y hacer el seguimiento de las propuestas de mejoramiento que presente en sus informes, según el sector que evalúe.

Sin embargo, vale la pena hacer referencia que aquí juega mucho el carácter del auditor interno porque debe vender ideas que si bien van a mejorar muchas cosas, a los ejecutores no les gusta porque creen que el auditor interno está para hacer observaciones y que estás siempre hacen referencia a un mal trabajo; el auditor interno debe buscar mejoras que ayuden a ser más eficientes porque eso significa dar una buen servicio al cliente, por esto juega mucho la personalidad del audito interno, especialmente su carácter porque le dará una dimensión positiva para comunicarse, mejor si maneja el significado de comunicación asertiva.

Evaluar procesos requiere de conocimientos internos globales, porque de lo contrario su trabajo será limitado, por eso es conveniente que cualquier aspecto que pretenda evaluar el auditor interno, dimensione sus efectos, tanto internos, como externos, porque sólo así puede ver las posibles consecuencias o riesgos existentes que pueden dañar, no solo las utilidades de la empresa sino su imagen que probablemente sea lo más valioso, con lo cual estará en condiciones de darle el tratamiento necesario en forma personalizada, porque debemos entender que cada departamento o proceso, tiene personas que pueden omitir o dañar algunos pasos que, a la larga, pueden convertirse en riesgos que afecten a la organización y se vaya a los clientes que, a decir verdad, más del 60 % de los mismos se van porque falta una buena atención a los mismos.

  1. Evaluación del control de calidad

En el control de calidad debemos iniciar evaluando si el proceso tiene las condiciones necesarias que garanticen que se producirán bienes o servicios con la calidad que las normas de higiene u otros pronunciamientos como ISO exigen dentro del campo que la organización actúa, para evitar que sus productos sean defectuosos y no contribuyan a mermar, sino a ampliar el campo de acción porque sus clientes están satisfechos.

En el control de calidad del proceso de fabricación o servicio, en sus distintos segmentos y dependiendo del producto, se aplican técnicas que proporcionan periódicamente datos estadísticos y arrojan información sobre lo que está sucediendo, lo cual permitirá ajustar las herramientas, maquinarias o tecnología que ayude a este fin.

El control de cualquier proceso debe ser constante y es lo que debe ver el auditor interno, porque están involucrados insumos, productos en proceso y productos finales, lo cual se traduce en costos, y estos en precios al consumidor que resultan peligrosos si vemos los precios de la competencia sobre productos similares.

La actividad de auditoría interna no se limita a la evaluación de procesos y riesgos para agregar valor a los mismos; es necesario conocer el negocio y ver más allá de un simple funcionamiento productivo; debe tomar en cuenta su responsabilidad ética y social en cuanto a que la organización a la que pertenece, produce los bienes y servicios que el mercado necesita, buscando el bienestar de los consumidores e inversionistas, y evitando que hayan inconformidades por falta de calidad o contaminación del ambiente, que mermen la imagen de la organización y disminuyan la fidelidad del cliente, por lo cual es necesario fortalecer los sectores más vulnerables relacionados con el tema.

  1. Evaluación de procesos relacionados con los clientes

La parte más sustantiva de la evaluación de los procesos relacionados con los clientes, debe iniciar con lo que se utiliza:

  • Para la compra y pago de insumos o mercaderías y su distribución.
  • Para la fabricación de bienes y servicios.
  • Para la venta de los productos.
  • Para las cobranzas de las ventas ordinarias.
  • Para la cobranza de las ventas a crédito.
  • Para el flujo de los recursos que son los que darán vida a todos los procesos porque se repiten continuamente.

El control de la calidad es un asunto de todos en sus propios puestos de trabajo porque cada uno de los miembros de una organización, de alguna manera, contribuye para el logro del objetivo en el campo de la calidad.

  1. El cumplimiento de la responsabilidad social

Para que el auditor interno cumpla con su responsabilidad social, es necesario que primero busque temas que deben ser analizados pero que contribuyen a un estatus operacional que garantice el bienestar de los clientes; por ejemplo:

La calidad del producto distribuido, necesita ser analizado fuera de la organización:

  • Las actividades creativas con ética en beneficio de la calidad y el cliente.
  • La aplicación de las habilidades sociales que posee.
  • La comunicación asertiva para llegar con mayor claridad a los protagonistas de la producción.

Nos hace falta una relación más amónica con nuestros clientes institucionales y externos, para lo cual necesitamos primero conocernos a nosotros mismos:

  • Conocer más sobre el giro del negocio.
  • Hacer de la comunicación un medio vigente.
  • Convertirse en vendedor de ideas de cambio.

Recuerda!!!  No hay sustancia si no encuentras lo vital. 

Fuente: Asociación Interamericana de Contabilidad – René Fonseca