Los pecados de una MIPYME al solicitar y obtener un crédito
Es inevitable que se piense en financiamiento para expandir un negocio o mejorar las condiciones operacionales, cuando los ingresos todavía se encuentran nutriendo la inversión inicial, como sucede en la mayoría de micro, pequeñas y medianas empresas. Pero entonces ¿Dónde buscar? ¿Qué se debe tener en cuenta al pedir un préstamo? ¿Qué evalúa el banco del negocio?
Una manera más óptima de solicitar un crédito es documentarse por los diferentes canales de comunicación del banco sobre las ofertas de créditos.
“Lo que define si hay o no capacidad de pago a una obligación financiera es su flujo. Se saca de restar a los ingresos los egresos del negocio. Así sabemos si se alcanza a cubrir obligaciones que tiene más las que está solicitando”, explicó Miguel Ángel Portillo, gerente de banca MYPE en Banco Agrícola.
¿El lenguaje corporal importa?
Sí, una buena actitud se refleja hasta en el semblante del rostro, una expresión desenfadada y natural connota confianza, hace empática una conversación y los temas complicados fluyen con mayor oportunidad a un buen desenlace. Al explicar la situación del negocio para solicitar el crédito, se debe ser sincero y claro, sin tensar la conversación con una actitud rígida que haga difícil para el asesor del banco comprender la solicitud.
¿Maquillar la situación real?
Aumentar o disminuir cifras reales ante la solicitud de crédito, puede que ayude a colocar un par de ceros más al préstamo, pero es un error que lleva al quiebre y desestabiliza la salud financiera del negocio, es una acción muy riesgosa.
“Muchas veces en las solicitudes se tiende a mostrar una situación por encima de la que se tiene. Se debe detallar lo más transparente posible la situación actual del negocio y la necesidad de inversión. En la medida que se es transparente, el asesor podrá orientar de mejor manera”, agregó Portillo.
¿Solicitud aprobada?
¡Bien! Luego de lograr obtener financiamiento hay que cuidar de no cometer errores perjudiciales tanto en estabilidad económica del negocio, como en el record crediticio personal. Éstas se resumen en tres fallas comunes:
- Omitir presupuestos
Si se solicitó para el negocio debe ser invertirlo en lo presupuestado, porque la capacidad de pago se ha estudiado y se ha tomado en cuenta lo que esa inversión generará.
“Si no lo invierte en el negocio no va a mejorar su capacidad de pago o sus ingresos. Pero sí aumentará su carga financiera. Hay muchos que quiebran porque piden para el negocio, pero se van a Europa o remodelan la casa”, explicó Portillo. Subrayó que no es saludable cargar un préstamo en nombre del negocio para otros fines.
- Esperar al último día para pagar la cuota
Hay que ser previsores, lo saludable es dividir la cuota en el número de días o semanas para apartar lo que corresponda y cubrir el pago. Es ideal completar el total de la cuota antes de la fecha asignada para el abono, pues si no se tiene el día que corresponde, puede atrasar y generar intereses innecesarios.
- Acumular mora
Un día de atraso es un porcentaje adicional de intereses. “Cuando paga un día o una semana después y sólo paga la cuota no va amortizando la deuda”, dijo Portillo. Hay que valerse de las diversas herramientas que brinda el banco, servicio en línea, servicio telefónico, agencias cercanas a tus lugares frecuentes, etc. que acorten el tiempo que utilizas para abonar a tus créditos y evitar que caduque el plazo.
Fuente: Estrategiaynegocios.net