Contaduría Pública para el futuro y el interés general

Mauricio Gómez Villegas, Ph.D. Contador General de la Nación.


El actual impulso que están dando algunos actores a propuestas de reformas del marco legal de la profesión contable en Colombia es propicio para reflexionar sobre los aspectos estructurales que necesitamos abordar. Sin duda, debemos modernizar la Contaduría Pública: su educación, gobierno, ejercicio, impacto social-económico, etc. Por esto, quizás convenga repensarla estratégicamente, considerando las formas en las que debemos contribuir a un futuro mejor para la sociedad y la naturaleza, en un mundo complejo, asimétrico, globalmente interdependiente e hiperconectado.

Partimos por señalar que nos encontramos en una época de cambios y de crisis que reclama innovaciones en la profesión. Los cambios se deben, sin ser exhaustivos ni caer en reduccionismos, entre otros factores, a concepciones sociales y prácticas profesionales que son muy limitadas frente a la transformación tecnológica, organizacional y social. Las crisis, por su parte, obedecen a problemas estructurales en las dimensiones ambiental, social y económica, a las cuales los contadores públicos ya no podemos rehuir: cambio climático, crisis de las instituciones democráticas y de los valores éticos, inestabilidad económica-organizacional, riesgo sistémico y financiarización económica. En este contexto, la innovación profesional requiere una comprensión del rol fundamental de la Contaduría Pública para identificar soluciones inteligentes a problemas relevantes que surgen en un entorno de cambios y crisis.

Por tanto, pensemos primero en lo esencial de la profesión. Por supuesto, esa esencia no se refiere al procesamiento de datos a partir de transacciones o hechos para convertirlos en información. Tampoco es la mera potestad legal para firmar estados financieros, declaraciones tributarias u otros documentos. Lo fundamental es que los contadores públicos somos constructores, operadores y evaluadores de sistemas que permiten la gobernanza de las organizaciones para construir confianza. Esa gobernanza se refiere a las estructuras, procesos, procedimientos y mecanismos por los cuales se establece la autoridad para tomar decisiones, la forma en que se controla a quienes deciden, la manera en que se retribuye a todos los participantes y decisores, así como a los medios por los cuales se rinden cuentas a diversos grupos de interés.

En las organizaciones existen conflictos porque hay diversos intereses, muchas veces contrapuestos. El rol de los contadores públicos es construir sistemas para conseguir un equilibrio en el que la satisfacción de los intereses de unos agentes no comprometa los derechos de otros. De esta forma, el compromiso es con todos los participantes para garantizar que prevalezca el interés público. El contador utiliza el juicio profesional cuando prepara información y selecciona los criterios de reconocimiento, medición o revelación que más benefician al interés público. Para ello, estructura sistemas de información y control y produce informes, los cuales son la base operativa de la gobernanza de las organizaciones.

En segundo lugar, para innovar es necesario encontrar soluciones inteligentes a problemas relevantes. En un contexto de digitalización, no se trata de que los contadores públicos ahora se conviertan en programadores de sistemas para dominar las innovaciones digitales. Se trata de trabajar interdisciplinariamente con otros expertos para usar esas innovaciones en la solución de problemas que son esenciales a la profesión y a su servicio para las organizaciones y la sociedad. Si actualmente se puede automatizar el procesamiento y registro de transacciones, los contadores pueden, entonces, dedicar más tiempo a los problemas de la valuación, revelación y presentación para conseguir que la información represente de mejor manera la realidad, sea más relevante y fiable para la toma de decisiones y la rendición de cuentas. Esto implica transitar del procesamiento de la contabilidad a su uso. Para ello, es necesario enriquecer la calidad de la información contable y esto requiere del juicio profesional, es decir, no es simplemente un asunto de cómputo digital.

Enfrentar los problemas ambientales y sociales es también un motor para la innovación y la transformación profesional. Al momento de producir y generar riqueza económica, las empresas impactan en el medioambiente y la sociedad. Asimismo, en su operación, las empresas enfrentan riesgos por el cambio climático, la inestabilidad social y las crisis económicas, los cuales pueden afectar su continuidad (la empresa en marcha). Internalizar tales impactos y riesgos en la gobernanza de la organización reclama el planteamiento de estrategias, esquemas de evaluación de riesgos y el desarrollo de sistemas de información y control (métricas sistemáticas) que permitan su integración (conectividad) con la información financiera y que, incluso, vayan más allá de ella. Este es el campo de la contabilidad financiera y no financiera para la sostenibilidad.

Finalmente, toda la información organizacional reclama revisión, evaluación, garantía y confianza. Con tecnologías como el blockchain, la computación en la nube, los algoritmos, entre otras, mucho del trabajo operativo de auditoría podrá transitar de ser posterior y selectivo a convertirse en permanente y realizable en tiempo real. Esto, obviamente, no implica la desaparición del trabajo de auditores y revisores fiscales, sino su transformación. En una economía de mercado donde las organizaciones controlan recursos de muchos actores (inversores, prestamistas, empleados, proveedores, Estado, etc.), es necesario que la información contable y financiera genere confianza. Esta no surge simplemente del instrumento tecnológico, sino de la integridad, objetividad e independencia de quienes evalúan, revisan o aseguran la información. Por esto, el papel de los contadores públicos y su juicio profesional es clave para enfrentar la crisis moral y de confianza que vive la sociedad.

Estos, entre otros, son algunos de los puntos estructurales que conviene repensar para cimentar adecuadamente una reforma de la profesión. De lo contrario, el esfuerzo se puede convertir simplemente en un ejercicio legal-formal, como tantos otros en el país, que no logra allanar el camino para un futuro mejor.

Mauricio Gómez Villegas, Ph.D.
Contador General de la Nación


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