¿Qué es una trampa de liquidez y qué implica?

¿Qué es una trampa de liquidez y qué implica?

aumento-o-disminucion-del-capitalUna trampa de liquidez es una situación que se conoce por ser en la que los ingresos e inyecciones al capital no tienen ningún resultado en el comportamiento de la economía, a causa de decidir posponer el consumo. En este contexto, las personas prefieren mantener un comportamiento conservador frente a la inversion. Adicionalmente, un escenario como este tiene indicios altos de riesgo, lo que implica que por un choque económico esta muestra tendencias a una deflación. Para contrarrestarlo, las entidades del Estado inyectan un exceso de liquidez en el mercado para coaccionar el mecanismo dinámico de la economía.

Redacción INCP a partir del artículo publicado por Sectorial 

Para mayor información, puede referirse al artículo titulado “¿Tasas negativas están conduciendo a una trampa de liquidez?” de la fuente Sectorial. 

¿Tasas negativas están conduciendo a una trampa de liquidez? 

El control de la inflación es el gran objetivo de los bancos centrales, lo cual hacen a partir de políticas monetarias, especialmente con movimientos en las tasas de interés. Sin embargo, en ocasiones, estas entidades se ven obligadas a decretar tasas de interés cercanas a 0 o negativas, lo que genera un riesgo importante de caer en una trampa de liquidez. 

Se conoce como trampa de liquidez el escenario en donde las inyecciones de capital no surten ningún efecto en la dinamización de la economía, dado que se presenta la decisión de posponer el consumo, lo cual, visto desde la teoría microeconómica, sea probablemente consecuencia de un cambio en las decisiones de los agentes, que, con base en expectativas futuras de una tasa de interés más baja, deciden aplazar su consumo.

Sin embargo, a pesar del importante riesgo que genera este escenario, diversos bancos centrales se ven obligados a conducir sus tipos a rentabilidades negativas o cercanas a 0, en el mejor de los casos. Esto como consecuencia de anteriores choques económicos que han dejado la economía del país en bajos niveles de crecimiento y con temor de presenciar una situación de deflación (una baja generalizada y prolongada del nivel de precios de bienes y servicios). Ante ello, estas entidades estatales se ven en la necesidad de manipular su oferta monetaria, recurriendo a la implantación de un exceso de liquidez en el mercado, con el fin de dinamizar la actividad económica nacional.

Tal situación es experimentada actualmente en Japón y en algunos países de Europa, donde un escenario con tasas negativas es justificado por la confluencia de exceso de liquidez, debilidad económica e inflación demasiado baja. Al mismo tiempo, el tipo de cambio es un instrumento fundamental de política monetaria, ya que influye directamente en la inflación y el crecimiento, y las tasas negativas favorecen su debilitamiento. No obstante, en la eurozona las tasas de interés negativas están siendo utilizadas para combatir una crisis financiera, mientras que Japón está inmerso en un prolongado escenario de lento crecimiento, en el cual esta política expansionista no está arrojando los frutos estimados, por lo que la reducción continuará hasta cuando sea necesario para lograr la meta de inflación de 2 %, generando cierto nivel de incertidumbre sobre la probabilidad de que Japón caiga en una trampa de liquidez, en la que las personas y empresas ya no reaccionan ante disminuciones en la tasa de interés. De esta forma, la política monetaria ya no es eficiente para incentivar el consumo y la inversión, generando un pánico financiero importante, no solo en la economía asiática, sino también en la mundial, dado la relevancia de este agente en los mercados financieros.

Esta situación ha alimentado el temor que poseen diferentes analistas sobre una posible burbuja en los bonos del tesoro europeos y asiáticos, encendiendo alarmas en los mercados financieros de renta fija y variable, ante un factible contagio. Sin embargo, no se debe caer en un pesimismo radical, ya que, a pesar de que aun esta política monetaria no arroja los frutos esperados, se conoce que es un instrumento de mediano y largo plazo con probabilidad existente de ser la medida adecuada para enfrentar la complicada coyuntura de estas economías. 

Fuente: Sectorial

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