¿Qué son las calificadoras de riesgo y por qué le importan a Colombia?

¿Qué son las calificadoras de riesgo y por qué le importan a Colombia?

Durante todo el año el Gobierno Nacional, el Ministerio de Hacienda, así como expertos tributarios y económicos, han venido hablando de la urgencia de realizar una reforma tributaria estructural en el país. Una de las razones para hacerlo, es no perder la nota que hoy tienen las calificadoras de riesgo sobre la economía colombiana.

De no hacer un ajuste en el sistema tributario, como el que se espera haga la reforma tributaria estructural del Gobierno, el próximo año el país podría perder el grado de inversión ‘satisfactorio’ que identifica hoy a Colombia ante los ojos de los inversionistas, situación que pondría en problemas a la economía nacional. Por eso, la urgencia de aumentar el recaudo en todos sus frentes.

Standard & Poor’s, Fitch Ratings y Moody’s son las tres calificadoras encargadas en Colombia de monitorear los avances de la economía y establecer una nota con la que los inversionistas podrán medir el grado de riesgo para entrar a analizar si es conveniente invertir o no. De ahí la importancia de estas mediciones.

Este modelo de calificación, que empezó a implementar Colombia en 1991, bajo la vigilancia y control de la Sala General de la Comisión Nacional de Valores, hoy Superintendencia Financiera, busca que los inversionistas puedan conocer el factor de riesgo de donde quieren invertir y así puedan diseñar portafolios balanceados de acuerdo con estas alertas.

Desde su implementación, las calificadoras de riesgo han jugado un importante rol en la transparencia de la información, que ha propiciado la llegada de más inversionistas, confiados en las buenas prácticas que adelanta Colombia en materia económica.

Entre los factores que entran a analizar estas calificadoras están el «riesgo soberano», el «riesgo económico», el «riesgo político», el «riesgo social» y el «riesgo internacional», en el largo y el corto plazo.

Riesgo soberano:

Según un estudio hecho por el economista y consultor José Espinosa Osorio, titulado «Sociedad Calificadora de Valores» y publicado por la revista Academia Libre de la Universidad Libre de Barranquilla, el «riesgo soberano» se establece al analizar factores como «el historial de pagos, la estabilidad política, las condiciones económicas y la voluntad de repagar deudas» de cada país o entidad analizada.

Aunque las calificadoras monitorean constantemente las economías de los países, también lo hacen en empresas, agremiaciones, bancos y sectores.

Riesgo económico:

Espinosa Osorio señala en su estudio que para establecer el riesgo económico, se hace a través de un análisis cuantitativo sobre la capacidad de pago de un país.

Las calificadoras «parten de un estudio histórico del desarrollo económico, del crecimiento obtenido, de las fuentes de crecimiento, de la distribución de la riqueza y de las oportunidades del país«.

En este ítem se analiza el mercado laboral, el nivel de ahorro e inversión, la política fiscal y monetaria, el mercado cambiario y las balanza comercial, entre otras.

Riesgo político:

Aquí debe considerarse el contexto en el que se desenvuelve el país en cuanto a «los principales actores e instituciones políticas, el tipo de liderazgo, el grado de madurez de las instituciones, la estructura y el funcionamiento de la oposición».

Riesgo social:

Las calificadoras también establecen el riesgo social. Aquí se ponen sobre la mesa aspectos como el nivel de vida de la población, los problemas éticos y religiosos y los conflictos regionales. Así, los inversionistas podrán tener mucha mayor información sobre detalles puntuales de la economía del país.

Riesgo internacional:

Finalmente, las calificadoras de riesgo también analizan el contexto internacional, las leyes y condiciones que puedan favorecer o afectar a un determinado país, las alianzas que pueda tener con terceros países y su participación en organismos internacionales.

Además de estos riesgos, también evalúan el crecimiento del Producto Interno Bruto, las perspectivas de inflación, la tasa de desempleo, el déficit fiscal y la cuenta corriente.

Beneficios de una buena nota

Camilo Silva, socio fundador de Valora Inversiones, dice que tener una calificación positiva, por parte de estas tres grandes agencias, es muy importante porque esto le permite al país acceder a créditos más baratos.

“Los bancos cobran menos intereses en la medida que observan menos riesgos. Si el riesgo es mayor, por su puesto tendrán mayores reservas, pero si observan que es una economía estable, simplemente prestarán a una mejor tasa”, explica Silva, quien agrega que “si uno tiene un grado de calificación alta pues hay más estímulo para los inversionistas de todo el mundo. Cuando las calificaciones no son buenas, los inversionistas no te mirarán por el simple hecho de que son de alto riesgo”.

La perspectiva no mejora

Si bien en este momento Colombia pasa las calificaciones, las perspectivas no son para confiarse.

En la actualidad, S&P y Fitch tienen una calificación sobre Colombia de BBB, mientras que la nota de Moodys es de BAA2.

“Eso, en la escala de calificación, es básicamente el mismo escalón; es decir estamos a dos escalones de perder el grado de inversión, por eso la urgencia de la reforma tributaria”, agrega el analista de Valora Inversiones.

De acuerdo con estas mediciones, Colombia está en el rango de una economía «satisfactoria» (BBB+, BBB, BB-).

Cada calificadora tiene escalas diferentes, pero básicamente A es la más alta, B es buena y satisfactoria y C y E no alcanzan a clasificar para inversión.

Un BBB significa que está por encima de un BBB- o un BB+, pero por debajo de un BBB+ o AA+.

En caso de que la nota de Colombia cayera se ubicaría en un menor rango y los inversionistas lo pensarían más de dos veces para poner su dinero en el país, además de otras repercusiones económicas, ligadas a los riesgos que estas calificaciones implican.

El temor de perder el grado de inversión es enorme, ya que aunque faltan algunos meses para que termine el año y se emita una nota, hoy en día la sensación no es optimista, debido a la expectativa o incertidumbre que genera el desenlace que tenga las próximas semanas la reforma tributaria en el Congreso de la República.

Standard & Poor’s y Fitch Ratings mantienen una perspectiva “negativa” hacia el país, mientras que Moody’s considera que está “estable”.

“La perspectiva es lo que nos muestra hacia a donde apunta el siguiente movimiento en la calificación, en caso de que las condiciones actuales no cambien”, dice Camilo Silva.

Según la definición de la Superintendencia Financiera, la perspectiva puede ser «positiva», lo que indica que la calificación puede aumentar o mantenerse; o «negativa» lo que indica que la calificación puede bajar o quedarse allí, según las decisiones que se tomen.

Es decir, que si S&P y Fitch no ven un avance en el déficit de cuenta corriente, en los aspectos macro del país, en las condiciones internacionales, y la reforma tributaria no sale airosa, entre otras, bajaría la calificación el próximo año, lo que significa un gran riesgo para las finanzas públicas, y por ende para la vida de los colombianos.

Estas son las tres grandes

Fitch Fitch Ratings

Pertenece al grupo Fitch Group y es una es agencia de calificación con sede en Nueva York y Londres.

Standard & Poor’s

Es una empresa estadounidense de servicios financieros. Además cuenta con la calificadora, que tiene una participación del 40 por ciento.

Moody’s

Esta calificadora tiene una participación del 40% en el mercado mundial de calificación crediticia.

Fuente: Portafolio

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