Los retos del Big Data desde la gestión empresarial

Los retos del Big Data desde la gestión empresarial

Estamos asistiendo a la adopción del Big Data por parte de las empresas a un ritmo creciente. Si bien inicialmente eran los departamentos de Tecnología los que lideraban proyectos, buscando ahorros en costes en el almacenamiento y procesamiento masivo de datos, posteriormente, los departamentos de Marketing han adoptado el Big Data con el fin de apoyar sus estrategias de digitalización y buscar la mayor eficiencia de las campañas comerciales, gracias a un mayor conocimiento del cliente.

El Big Data en las estrategias empresariales

Según un reciente estudio de IDC, las principales empresas a nivel mundial o bien ya están adoptando estrategias empresariales alrededor del Big Data, o bien planean adoptarlas en los próximos dos años. Lo más relevante es que esta adopción masiva se está liderando, cada vez más, desde la dirección ejecutiva. De hecho, solo un 10 % de los proyectos relacionados con el Big Data son puramente proyectos de IT.

La clave de esta tendencia imparable está en la constatación de que la adopción del Big Data aporta un retorno de inversión claro para el negocio, explicitado en forma de nuevos tipos de ingresos, como consecuencia de la anticipación de la demanda, el desarrollo de nuevos productos y servicios personalizados, las ganancias a nivel de eficiencia operativa, la mayor capacidad de análisis para la toma de decisiones y la prevención de riesgos y fraude. Pero también el Big Data es la fuente de nuevos modelos de negocio basados en la monetización del dato, lo que está provocando la transformación de las empresas de servicios en empresas de datos. Es un fenómeno transversal que afecta a todas las industrias y sectores. Lo más diferencial es que, por primera vez, la demanda de cambio y adaptación rápida que requiere el negocio no tiene por qué estar acompasada con los ritmos de transformación tecnológica. El Big Data se potencia gracias a la nube, la infraestructura virtualizada y la analítica avanzada como servicio. Por lo tanto, mientras las áreas de IT diseñan su roadmap evolutivo para integrar sus arquitecturas tradicionales y encajarlas con el Big Data, el negocio puede ir desarrollando proyectos tácticos basados en casos de uso con un retorno de inversión a corto plazo.

Pero reconocer la importancia del Big Data no significa ser capaz de adoptarlo con éxito. Y es así porque conseguir realizar el potencial del Big Data constituye un reto no solamente de procesos o capacidades tecnológicos, sino, sobre todo, de organización y estrategia.

La adopción del Big Data como parte de una estrategia corporativa implica cinco grandes retos a nivel de gestión empresarial: liderazgo, tecnología, gestión del talento, toma de decisiones y cultura organizativa.

Si bien las tecnologías disruptivas provocan cambios exponenciales, las organizaciones evolucionan a un ritmo menor, y hace falta liderazgo organizativo para mantener el rumbo, a pesar de las tensiones internas y externas que provoca orientar nuestras estrategias hacia modelos de negocio basados en datos.

Desde el punto de vista de la tecnología, el Big Data supone que el centro de gravedad de los sistemas de información ya no son las aplicaciones. Esto cambia la manera de procesar, analizar y explotar la información, siendo obligado replantear el encaje con los sistemas tradicionales. Algunas decisiones tecnológicas de los últimos cinco años puede que sean equivocadas u obsoletas, y hay que asumirlo para reaccionar a tiempo.

El tercer gran reto es la gestión del talento: son necesarios nuevos perfiles profesionales que sepan gestionar el Big Data y analizarlo. Una nueva generación de profesionales, los científicos de datos, los arquitectos en Big Data, los ingenieros de datos, etc., que no solamente tienen habilidades y conocimientos diferenciales, sino que sus motivaciones, intereses y expectativas ante su profesión y su puesto de trabajo son totalmente distintos a los de las generaciones anteriores. Es un reto detectar este talento, formarlo, retenerlo, pero, sobre todo, ser capaces de generar un entorno organizativo adecuado para su desarrollo.

El Big Data en la toma de decisiones

Desde otro prisma, el Big Data no solamente cambia la manera en la que descubrimos nuevas relaciones ocultas y patrones de comportamiento únicos a partir de la información, sino que nos obliga a tomar decisiones de una manera distinta. Uno de los retos más importantes a nivel de gestión empresarial es enseñar a los directivos a tomar decisiones a partir de los datos, en vez de basadas en informes que reflejan el pasado, o basadas en la intuición o los prejuicios.

Y, por último, el Big Data requiere una cultura organizativa transparente y abierta a compartir la información, entendiendo que es un activo de valor estratégico que no pertenece ni a un departamento ni a un sistema, sino a la organización. De la cultura de “el dato es mío” se debe pasar a publicar y compartir los datos a nivel corporativo, a través de departamentos y canales, evidentemente con seguridad y políticas de gobierno. Este cambio cultural hacia un entorno más abierto, transparente y ágil es uno de los principales escollos a la hora de aprovechar el potencial del Big Data, sobre todo en grandes corporaciones con estructuras muy rígidas, que deben competir en el mercado con empresas pequeñas más dinámicas e innovadoras.

El fenómeno del Big Data no tiene vuelta atrás. Es un factor dominante en todos los sectores y en nuestras vidas, cambiando para siempre la manera en que interaccionamos con la información como sociedad. Lo deben tener en cuenta las empresas y también los países, ya que solo aquellos países que sepan generar el marco adecuado para el intercambio de datos entre empresas –evidentemente, con seguridad y garantías–, pero en un ámbito que permita la generación de valor empresarial, serán competitivos en la nueva economía de los datos.

Fuente: Harvard Deusto

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