La urgencia de legislaciones y tasas digitales

La urgencia de legislaciones y tasas digitales

La tributación de las grandes empresas tecnológicas es un tema crucial que ha estado en discusión desde hace varios meses con dos perspectivas específicas:

  1. Partiendo de que tales firmas alcanzan grandes beneficios en los países en los que operan, deberían pagar impuestos en ellos.
  2. Desde que no hay regulaciones específicas respecto al tema, no resulta obligatorio el pago de los impuestos.

Diferentes países como Francia y España ya han afirmado que iniciarán el cobro de determinado porcentaje a firmas tecnológicas, lo que parece ser el sentir general de muchas naciones. Pero lo que demuestra esta situación es que el desafío principal es adaptar leyes y regulaciones que acojan esta parte de la economía y que provean un balance justo en tributación.

Redacción INCP a partir de artículo publicado por Portafolio

Para más información consulte el artículo titulado “Hacia una tasa digital” publicado por Portafolio.

Hacia una tasa digital

El debate acerca de la tributación de las grandes tecnológicas no es nuevo, pero sí se ha renovado en las últimas semanas. Por un lado está la posición que defiende que ya que estas firmas logran grandes beneficios en los países en los que operan, lo justo es que paguen impuestos en ellos. El otro lado ve que no hay una regulación específica al respecto y, por lo tanto, no es obligatorio.

Por el camino, y sobre todo durante 2020, han surgido otros llamados relacionados, como en Bogotá para cobrar mayores impuestos a las plataformas y firmas a las que les ha ido mejor, y lo mismo en la Comisión Europea, donde uno de sus funcionarios afirmó que estas deberían aportar más por la crisis.

Lo cierto es que este debate, que terminó 2019 en su punto más álgido, con los países miembros de la Ocde llegando a un acuerdo para elaborar un esquema de tributación mundial, ha sido otra de las víctimas de la pandemia. El ‘club de las buenas prácticas’ afirmó en 2020 que este año no lograría alcanzar ese entendimiento, por lo que varios países han optado por sus propios caminos.

Francia aseguró que cobrará desde este año su ‘tasa Google’, la cual impondrá un tributo de 3% a la facturación de estas firmas en el país, y lo mismo aprobó España meses atrás. De hecho, la Unión Europea amenazó con implementar su propio impuesto, lo que se convirtió en uno de los principales focos de tensión con Estados Unidos, algo que se espera que descienda con Joe Biden.

Todo apunta hacia esa dirección, pues esta semana un grupo de 75 grandes tecnológicas firmaron una declaración no vinculante en la que se comprometieron a pagar ‘tributos justos’ en los países donde operen.

Esto pone de nuevo de manifiesto la necesidad que tienen los países de adaptar, más pronto que tarde, sus leyes y regulaciones para acoger a esta parte clave de la economía, que llegó para quedarse.

El reto es ese: lograr un equilibrio entre una tributación justa, pero evitar que esta imponga barreras insalvables a la industria.

Por: Francisco Miranda Hamburger – Portafolio

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