Revelaciones que acompañan a los estados financieros: Teoría versus Realidad

Revelaciones que acompañan a los estados financieros: Teoría versus Realidad

Documento de conclusiones

Spatia INCP, 23 de mayo de 2017

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Introducción

El Decreto 2649 de 1993 trajo consigo dos cosas importantes: en primer lugar, consagró un principio que se llamó la revelación plena, el cual implica que habría que decir todo lo que fuera necesario para que una persona entendiera la información. En segundo lugar, las normas sobre revelaciones fueron bastante complejas; de hecho, el modelo que se tuvo en cuenta fue el formulario que en esa época exigía la SEC (Securities and Exchange Commission) para los estados financieros de un emisor que estuviera haciendo negocios en los Estados unidos.

En la práctica no parece que se hubiera dado mayor cumplimiento a esas disposiciones. Ahora se han adoptado nuevas normas de contabilidad donde las revelaciones son diferentes para cada uno de los grupos del sector privado.

En el sector privado colombiano tenemos un grupo que tiene que aplicar las normas de contabilidad plenas, las cuales fueron pensadas o diseñadas para aquellas entidades que están inscritas en bolsa y que tiene entonces una inmensa cantidad de revelaciones obligatorias que hoy están dispersas en varias normas, aun cuando en principio están en la norma 1, en la NIC 1.

En cambio el grupo de la PYMES o grupo dos, tiene unas revelaciones reducidas, comparadas, al menos, con el grupo de las compañías inscritas en bolsa; y, para terminar, los micro-establecimientos pues, no tienen prácticamente revelaciones. Entonces, allí hay tres prácticas diferentes.

Con este contexto, para esta sesión, se ha planteado analizar, en primer lugar, qué está pasando en la realidad con las revelaciones y luego que se haga el análisis.

Muchos difunden sólo cifras

Varias personas y profesionales entienden que las notas a los estados financieros es presentar los saldos de las subcuentas. El cuestionamiento es, por qué se hace de esa manera, cuando eso no responde a las disposiciones que regulan la revelación plena.

Sin duda, es una mala práctica de nuestra profesión porque al divulgar los estados financieros se hace con la transcripción de algunos datos de mayor nivel. Tal vez obedece a los lineamientos del Decreto 2649, pero hoy con las normas internacionales se requiere de mayor profundidad con las revelaciones. Bajo la norma colombiana anterior, lo más fácil era copiar las cifras, pero no se analizaban o detallaban adecuadamente.

Otro aspecto a considerar es, como se ha referido en muchas otras ocasiones anteriores en estas sesiones de Spatia, a la formación profesional impartida en Colombia, y en especial, de estos temas tan importantes como la divulgación de los estados financieros.

Ha sido una formación universitaria apegada a la práctica profesional y a las normas colombianas, como en su momento lo fue el Decreto 2649, ya mencionado.

El contador se acostumbró a presentar como revelaciones la información que le resulta más relevante a la junta o administradores de cada empresa; es decir, la misma profesión se ha encargado de “motilar” la parte de revelaciones que hace parte integral de los estados financieros.

Nuevamente, desde este espacio de debate profesional, se hace un llamado a aquellos profesionales, incluso como revisores fiscales, que consideran las revelaciones como algo que no es tan importante. En otros casos, el contador considera que se debe revelar “lo más importante” o lo más trascendental y se encuentra con la oposición de los mismos colegas que no lo consideran de igual forma. La opinión generalizada es que las revelaciones son importantísimas para que los estados financieros expresen las cifras de la mejor manera y sea mucho más claro para cualquier lector.

En algunas ocasiones, es la administración la que cuestiona el contenido de las revelaciones; se aduce que dicha información no debería darse a conocer o que no tiene sentido que “todo el mundo” la conozca. En estos casos, incluso, se cree que se pone en juego la independencia de los contadores que participan tanto en la preparación, como en la certificación y dictamen de dichas cifras.

Resulta obvio que el mayor compromiso le corresponde a la administración y el trabajo del contador es velar porque los estados financieros expresen de manera adecuada y ajustada a las normas, la realidad económica de los negocios. En este sentido, se comenta que se ha perdido profesionalismo porque, en ocasiones, los contadores se han dejado intimidar por el interés de la administración para no revelar cierta información inconveniente o divulgar otra que favorece sus intereses.

Afortunadamente, esta situación está cambiando con la llegada de las normas internacionales. Las empresas y sus administraciones se han involucrado más en este proceso y han comprendido la importancia del tema. Las revelaciones deben ser totalmente técnicas y alejadas de toda subjetividad o interés particular.

Lo que se piensa al interior de las empresas

Desde la práctica, hay empresas que no les gusta que se revelen ciertos asuntos y hay otras que tienen es un cierto desinterés. También se podría pensar, que aun cuando no son propiamente las empresas, hay contadores que compilan mucha información y les resulta más “práctico” poner los saldos o detalles de las cuentas.

Con las normas internacionales, la realidad es que al interior de las empresas, muchas ni siquiera han empezado a modificar sus revelaciones; en otras, más acorde con dichas disposiciones, se está dando el cambio y tanto la administración como los contadores responsables participan en la preparación de los estados financieros y sus revelaciones.

Queda, entonces, la responsabilidad del contador o revisor fiscal que debe certificar u opinar al respecto. Unos harán bien la tarea y tendrán que romper con la tradición de “copiar” el formato de las notas a los estados financieros anteriores.

Algo que ya se comienza a ver con mayor claridad es la incidencia que los usuarios de la información tienen sobre las revelaciones. Como muchos casos en el pasado, las entidades externas como los bancos solicitaban anexos o aclaraciones puntuales a ciertas cifras de los estados financieros. También las entidades como las superintendencias exigían un mayor nivel de detalle de cierta información. En otras ocasiones, se exigían otros informes adicionales a los estados financieros, como los de gestión, presupuestos, etc. A partir de ahora, se espera que esta situación cambie.

También, ahora, la preparación y presentación de los estados financieros exige mayor dedicación y profesionalismo. No se puede dejar para última hora. No se puede dejar para lo último la elaboración de las notas a los estados financieros porque exige mayor precisión. Tampoco se puede seguir llevando alegremente cualquier información en las notas a los estados financieros; no puede ser el detalle de los libros auxiliares, la relación de las cuentas por cobrar, la mención de los inventarios. Eso no es revelación.

En este aspecto, el revisor fiscal juega un papel fundamental para que su dictamen implique la divulgación técnica y adecuada de las revelaciones. A su vez, exige una formación profesional y experiencia acorde con los nuevos lineamientos de las normas internacionales. Además, no es solamente aplicable al alcance de las NIIF sino también al alcance de la comparabilidad de los estados financieros, a las contingencias y riesgos del negocio. Se sugiere adoptar un modelo de presentación de estados financieros, incluso con las revelaciones más comunes, que tenga un control de calidad por parte de varias personas.

La intervención real de los administradores en la preparación de las notas a los estados financieros

La realidad colombiana es que los administradores, de la mayoría de negocios, aún tienen la tendencia de que todo lo tiene que hacer el contador. Para ellos, la opinión del contador sigue siendo muy importante y relevante. Incluso, algunos contadores son encargados de elaborar el informe de gestión de la entidad.

Al contrario, en las grandes corporaciones, la elaboración y presentación de las notas a los estados financieros pasan por los ojos de muchos funcionarios y hasta los abogados hacen sus aportes. En el sector financiero, por ejemplo, que la divulgación de los estados financieros es semestral, se dedica mucho tiempo a su preparación.

Hoy, en las PYMES, parece que los administradores aún no han entendiendo la importancia de preparar y divulgar la información contable; el contador se convierte el profesional que lo resuelve todo.

En resumen, los administradores consideran que las revelaciones y la divulgación de los estados financieros deben “hablar” por sí solos. Cualquier persona debería comprenderlos sin tener que pedir información adicional. No se concibe que algunas organizaciones entreguen estados financieros incompletos y su informe de gestión es tan pobre que genera más interrogantes que explicaciones.

Desde el punto de vista de los revisores fiscales, en muchos casos, se acepta lo que dice el contador y la administración. Nuevamente, se hace necesario que los representantes legales comprendan la importancia de las revelaciones y se capaciten en temas como los componentes de los estados financieros, el alcance de los cambios en las normas internacionales de información financiera y de auditoría, la relevancia del gobierno corporativo y de los comités de auditoría, entre los aspectos más relevantes. Algo destacado, debe ser el conocimiento de los riesgos del negocio y su correspondiente revelación.

La posición que tienen las autoridades de inspección, vigilancia o control sobre las revelaciones

Las entidades de inspección, vigilancia y control tienen diversas formas de ver el tema. Por ejemplo, la que más ha desarrollado y exigido información adicional a los estados financieros es la Superintendencia de Sociedades. La Superintendencia de Puertos es menos rigurosa; La Superintendencia Nacional de Salud ha aplazado las normas al respecto, al igual que la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.

Se comenta que dichas revelaciones deberían hacerse con toda la exigencia profesional sin esperar que una superintendencia o entidad similar lo exija.  Como la realidad es que el 90% de las empresas o más no están vigiladas por la Superintendencia de Sociedades y la DIAN no exige revelaciones, entonces la conclusión es que los contadores no se preocupan por este tema.

Una vez más se hace mención al papel tan importante que cumplen las universidades en la formación del profesional contable. En buena medida la responsabilidad es de quienes tienen a cargo la definición y cumplimiento de los programas académicos; desafortunadamente hoy se encuentran contadores recién egresados, con tarjeta profesional pero sin experiencia, que ni siquiera identifican la naturaleza de una cuenta, mucho menos la formación para presentar adecuadamente las revelaciones. Tristemente se ven mensajes en las redes sociales como “soy recién egresado, ya tengo mi primer contabilidad, cuánto tengo que cobrar?” o “cómo hago para saber qué periodicidad de IVA me toca a mí presentar en esta empresa?”. Hoy, más que antes, se requiere la especialización en algún tema profesional porque el contador se supone que sabe también de temas laborales, de temas cambiarios, de temas tributarios y otros, pero no de alguno en especial y con profundidad.

En resumen, efectivamente hay un problema porque solo aquellas empresas que tienen un supervisor muy exigente están trabajando duro el tema de las revelaciones, pero parece que hay empresas que ni siquiera han empezado o lo contemplan. Se espera que no sea simplemente cambiar algunos títulos a las cuentas o grupos de cuentas, y ya. No se trata de eso.

El proyecto en curso que tiene IASB

Esta iniciativa del IASB pretende contar con una mejor comunicación financiera y esto se logra a través de unas revelaciones que cumplan con unos parámetros mínimos.

Algunos de los problemas de revelación, los cuales se han denominado “problemas de comunicación”, consideran aspectos como que no se citan los principales indicadores de rendimiento, no se tienen alineadas las revelaciones con las políticas y, con muchos comentarios, se toma un modelo, se adapta a la organización y se emiten los estados financieros sin detenerse a revisar si ese modelo le aporta valor o no a la organización.

En la medida en que IASB ha visto que las pequeñas entidades son un gran número, se requiere abordar mejores prácticas para ellas. El documento propuesto es muy bien recibido. Obliga a las empresas a revelar toda la información y ojalá que el Consejo Técnico (CTCP) se pronuncie ya sobre este documento. Esto es lo que se necesita, pues el artículo 34 y el 37 de la Ley 222 mencionan las revelaciones y la comparabilidad de las cifras, pero este documento lo exige.

Esta propuesta de IASB es un documento para discusión que publicó en marzo de 2017. Por lo tanto, los comentarios se pueden enviar directamente a IASB o ante el CTCP.

Este documento, en primer lugar, plantea el problema. Es decir, la estructura de la información a revelar. Los usuarios de los estados financieros están insatisfechos. Para resolver ese problema, se plantean unos principios, en el capítulo 2, denominados de la comunicación eficaz. El capítulo 3 trata de dilucidar qué información debe ir en los estados financieros y qué información debe ir en las notas; hoy en día IASB señala lo que se debería presentar o revelar en muchas normas pero deja a criterio del preparador si pone la información en los estados financieros o en las notas. No se tiene la precisión sobre si la información debe ir presentada o revelada o se espera, por lo menos, que IASB establezca unos criterios que permitan su aplicación en algunos casos concretos. Otra dimensión del problema es con aquella información no contable. No hay claridad al respecto. Algunos contadores, en su mayoría, ponen información en las notas en orden consecutivo al que aparece en los estados financieros pero no se sabe si esa es o no la mejor manera. Se entiende que siempre hay información no NIF que debe ser presentada de alguna manera al usuario. En el capítulo 5 se plantea si es o no conveniente que se presente junto con los estados financieros unos índices o indicadores de rendimiento. La polémica surge porque algunos consideran que esas mediciones pueden distorsionar la realidad para mostrar un activo de largo plazo como corriente y aumentar así la liquidez o al revés. Otros prefieren hacer sus propios cálculos. IASB tiene la duda si es bueno o malo publicarlos (indicadores). En el capítulo 6 se trata el tema de las políticas contables. Lo que se puede ver en Colombia, generalmente en la nota 1, es un resumen de la normatividad vigente, pero eso no son políticas contables. Luego, en la sección 7, viene el tema de hacer revelaciones centralizadas. La idea es parecida a lo que pasó con el valor razonable que era un concepto disperso en muchas normas de contabilidad y un buen día decidieron compilar todo en una norma que se llama valor razonable. Se trata de establecer una norma general de revelaciones que gobierne todas las revelaciones dispersas en todas las normas y que permita su articulación. Finalmente, el documento cierra con una propuesta que hace el Comité Técnico de Nueva Zelanda al respecto. Es como el punto de partida para este tema, elaborado por uno de los países que más ha estudiado el tema.

Lo más interesante del documento es que, desde ya, genera unos primeros estándares para aquellos que quieren revelar unos mínimos. Sin embargo, hay pequeñas compañías que les resultaría muy costoso acoger las normas y, en principio, no estarían interesadas. Se debería contemplar algún tipo de tratamiento especial para las PYMES.

En Colombia hay tres (3) grupos de entidades, en materia contable. La contabilidad del grupo 3 es de una sencillez impresionante que de repente los umbrales deberían ser más altos. A diferencia de IASB que solamente considera dos (2) grupos; todos los que no estén en el mercado de valores deben aplicar la norma de PYMES. Acá, entonces, existe una categoría de los más pequeños que llevan una contabilidad simplificada. Después viene el rango de las pequeñas y medianas empresas (Grupo 2), aunque hay muchas grandes que se consideran PYMES para efectos contables. El grupo 1 tiene hoy en día reglas que suman como mil páginas y el grupo 2 tiene unas reglas que son casi 300 páginas; esta es una forma de ver la complejidad. Por lo tanto, hay diferencias entre PYMES y las de revelaciones plenas.

Lo más destacable del asunto es que las revelaciones tienen que ver con todos los negocios, según sus características y tamaño. Sin duda, las empresas que están en el mercado público de valores requieren una mayor profundidad y exigencia en las revelaciones que las demás.

Por otra parte, las PYMES deberían comprender que revelar sus estados financieros les permite hacer negocios con otras, incluso más grandes, aumentar su potencial de operaciones y tener la posibilidad de llegar a nuevos mercados. Entonces hay que cambiar la mentalidad.

En forma similar a como lo propone IASB, en Colombia hay revelaciones según el tamaño de las empresas. Las del grupo 3 no tiene revelaciones, prácticamente son 2 o 3 explicaciones y las fechas de aplicación fueron distintas entre las del Grupo 1 y las del Grupo 2.

Otra opinión al respecto, es que no sería tan conveniente sacar un tema de revelaciones, cuando no se ha entendido todavía el tema de las NIIF en Colombia.

Al contrario, sí es necesario, de alguna manera, hacer una compilación de las normas relativas a las notas para que todos tengamos el manejo claro. Debería existir un estándar o guía para que tanto el que prepara como el usuario de esta información hablen el mismo idioma.

Finalmente, se anima a los asistentes, a los profesionales, a la academia y a los gremios de la profesión a enviar sus opiniones y comentarios sobre este documento que es muy útil para el ejercicio contable. El plazo es octubre de este año.

Moderadores:

Profesor Hernando Bermúdez Gómez

Profesor Luis Eduardo Daza G. 

Asistentes:

Baudilio Vargas Arévalo

Luis Carlos Rodriguez

María  Claudia Betancourt Uscátegui

Lina Gómez Rozo

Liliana Jiménez Mariño

Martha Lucia Delgadillo Ávila

José Abundio Merchán Munevar

Jorge E. Jiménez Preciado

Carlos Andrés Triviños Álvarez

Claudia Cecilia Andrade

Miguel Ángel Galindo

Julio César Pardo Rodríguez

Luz Dary Quiroga

Sandra Rocío Cárdenas Delgado

Angela Chaparro

Paulino Angulo Cadena

Clenia Causil Vidal

 

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