Los bienes complementarios y la Ley de la oferta y la demanda
Para la mercadotecnia, la oferta y la demanda son dos conceptos indispensables para entender el comportamiento de los productos en los mercados.
Desarrollada en los siglos XVIII y XIX y perfeccionada en el XX, se trata de un modelo económico que explica la variedad de fenómenos y procesos que conviven tanto en la macro como en la microeconomía.
En esencia, la formulación relaciona tres conceptos básicos del marketing:
- El precio del producto,
- La oferta, o el número de ejemplares disponibles en el mercado,
- La demanda, o la disposición de los consumidores para adquirirlos.
En función de lo anterior, la ley de la oferta y la demanda formula cinco postulados que sirven como marco de referencia:
- Cuando la demanda excede a la oferta, aumenta el precio del producto.
- Cuando la oferta es superior a la demanda, el precio disminuye.
- Cuando el precio disminuye, la demanda disminuye y aumenta la oferta.
- Cuando el precio aumenta, la demanda aumenta y disminuye la oferta.
- El precio tiende al nivel en el cual la demanda iguala a la oferta.
¿Qué son los bienes complementarios?
Sin embargo, existen otros factores que determinan la relación entre oferta, demanda y precio de los productos. Uno de ellos son los bienes complementarios.
El concepto hace referencia a todos aquellos productos que dependen unos de otros. Es decir, se encuentran tan estrechamente ligados, que el comportamiento de uno incide de forma inevitable en el comportamiento del otro.
El ejemplo clásico de bienes complementarios es el de los coches y la gasolina. La venta de los primeros puede verse afectada por un aumento del precio de la segunda; y, a la vez, el consumo de la segunda depende de la venta de los primeros.
De esta manera, los bienes complementarios sirven para que los fabricantes se hagan una idea de los movimientos y las condiciones que operan en cada mercado.
Pero, aunque en principio no lo parezca, también son un indicador muy elocuente para los compradores. Al fijar dicha relación entre productos complementarios, son casi un marco de referencia a la hora de adquirir un producto determinado.
Otras consideraciones significativas de los bienes complementarios relacionados con la ley de la oferta y la demanda son los siguientes:
- Existe otra categoría denominada “bienes complementarios perfectos”: en ella se incluyen aquellos productos que, además de estar relacionados entre sí, suponen un consumo simultáneo. Por ejemplo, el calzado: los zapatos izquierdos son tan necesarios como los zapatos derechos.
- La complementariedad de los productos: surge de los gustos de los clientes, de las tendencias o de las necesidades tecnológicas.
- Lo contrario a bienes complementarios son los “bienes independientes”: esta categoría hace referencia a productos que, si bien guardan cierta relación entre ellos, no inciden en el comportamiento de otros. Un buen ejemplo lo constituyen la madera y los lápices: aunque el precio de la primera aumente, difícilmente supondrá un cambio en la venta de los segundos; su relación comercial es mínima.
- Del mismo modo, los “bienes sustitutos”: son los que tienen el mismo grado de utilidad. En este caso, el consumidor puede decantarse por uno o por otro, casi siempre en función de factores como el precio o las preferencias personales.
Fuente: Harvard Deusto – EAE Business School