Roles en común de un auditor y un gerente dentro de una empresa
El gerente y el auditor de una empresa tienen en común que ambos deben tener un conocimiento integral de su empresa (misión, visión, naturaleza, procesos, normatividad aplicada, entre otros) y que los dos tienen intereses en la eficiencia y eficacia de los recursos asignados a la compañía. La diferencia entre estos dos, se marca en el enfoque que tiene cada uno, por ejemplo, el auditor debe preocuparse principalmente en lo que ha hecho la administración y de esta forma notificar o advertir, si es el caso, sobre situaciones relevantes para la empresa, con el fin de procurar por el cumplimiento adecuado de los objetivos de la organización; y el gerente gestiona el quehacer de la organización. Es en este sentido, se concluye que tanto gerente como auditor deben ir de la mano para lograr una armonización entre los dos cargos y velar por el mejoramiento continuo de la organización.
Redacción INCP a partir del artículo publicado por Auditool – Marco Bonilla
Para mayor información, puede referirse al artículo titulado “¿Quieres tener la capacidad de gerenciar una empresa? Especialízate como auditor” de la fuente Auditool – Marco Bonilla.
¿Quieres tener la capacidad de gerenciar una empresa? Especialízate como auditor
Hay que revisar las funciones, las calidades, capacidades y experiencia que debe ostentar un auditor, para comprender que son las mismas que un gerente de empresa debe tener para llevar a buen puerto los objetivos y metas de la organización.
Una de las premisas que un auditor debe contemplar en su función del control, no es otra, que el conocimiento integral de la organización, desde la naturaleza y misión de la entidad, pasando por los procesos, la normatividad que le aplica y la importancia que reviste para la organización de los estados financieros, presupuestos y demás instrumentos que avisan de la gestión y estado de arte de la organización.
Un gerente y un auditor, como función principal, antes que ejecutar y controlar lo que sus dependientes hacen o dejan de hacer, deben conocer la organización de manera integral.
La diferencia estriba en que mientras el gerente gestiona el quehacer de la organización, el auditor repasa lo hecho por la administración para avisar de aquellas situaciones que por descuido, error u omisión, sus ejecutores pasaron o inadvirtieron, como una manera de generar el equilibrio ideal de la organización en procura del cumplimiento de su misión y metas contempladas.
El gerente como el auditor, deben ser pares; toda vez, que sus intereses no van más allá que propiciar el mejor manejo de los recursos de la empresa en términos de eficiencia y eficacia, dentro de un entorno de progreso y responsabilidad frente a las funciones asignadas y los deberes establecidos.
En tal sentido, es utópico pensar una desconexión entre el gerente y el auditor, como quiera que sus propósitos no sean otros que sugerir, implementar y aplicar mecanismos que conduzcan a lograr una organización donde sus resultados se reviertan en términos de calidad y excelentes servicios para sus clientes o usuarios.
El proceso que surte un gerente desde su representación frente a la organización, es idéntico en lo que respecta al auditor, quien asegura su gestión, partiendo de la planeación como cultura sine qua non, norma que permite blindar el camino y guía de su actuación; estructurado y acompañado de talento humano calificado y capacitado, dentro de regulaciones y protocolos formalmente establecidos.
Tanto el gerente como el auditor, basan sus principios en la responsabilidad que le asiste sobre sus actuaciones y cómo a través de sus resultados proporcionan confianza a los diferentes interesados en la organización; es el caso de los inversionistas, socios, clientes, usuarios internos y externos, proveedores, sistema financiero, organismos gubernamentales, etc.
El poder de dirección de un gerente se potencializa en la medida que conozca la operatividad de la empresa, tema del que conoce muy bien el auditor; esto le proporciona confianza en el control de aseguramiento que debe ejercer en áreas, procesos y actividades relevantes, mitigando de esta forma el riesgo desmesurado de recursos, traducidos en resultados no esperados.
Fuente: Auditool – Marco Bonilla