La sostenibilidad empresarial no es filantropía o solo un tema ambiental, sino cuando una empresa aporta al desarrollo económico sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras. Hoy las empresas chilenas tienen la oportunidad de cambiar o modificar sus modelos de negocio con visión de un futuro más sostenible y para lograr este objetivo los Directorios deben jugar un rol protagónico incorporando en la definición de los planes estratégicos los tres pilares clave para el desarrollo sostenible: económico, social y medioambiental, los cuales deben estar en equilibrio, con el objetivo de que una empresa perdure en el tiempo.

Este gran reto para las empresas significa incluir políticas y soluciones innovadoras para los grandes problemas que enfrentamos: ética en los negocios, mejora en la imagen de los consumidores / clientes, capacitación del capital humano, productividad, transparencia corporativa, calidad en el servicio, innovación, costos en energía y manejo de residuos, certificaciones ambientales y un compromiso real y tangible hacia todos los grupos de interés.

Un ejemplo de la creciente importancia del desarrollo sostenible empresarial es el reciente acuerdo alcanzado en la cumbre de París que por primera vez incorpora como actores relevantes al sector privado. Este acuerdo busca determinar la mejor forma de alcanzar una economía baja en carbono, pero minimizando el impacto en el equilibrio de la economía mundial, en un mercado internacional en el que dos de las tres primeras compañías del índice Fortune 500 son petroleras.

Las implicaciones para las empresas y la economía de este acuerdo serán importantes: las decisiones geopolíticas relevantes tendrán muy en cuenta los asuntos relacionados con cambio climático. El objetivo justifica los grandes esfuerzos en búsqueda de un beneficio mayor que alcanzará las próximas generaciones.

 Fuente: Economía y Negocios Online